17 marzo 2010

El reglamento del género, Judith Butler


Síntesis y preguntas a raíz de la lectura del capítulo El Reglamento del Género, del libro Deshacer el Género, de Judith Butler (2006).

El género como proceso mediante el cual se regulan, “normativizan”- normalizan y disciplinan las personas a través de normas que se incorporan en/a los actores (PROCESO REGULADOR INCORPORADO).

El género como poder productivo de sujetos, o de individuos que quedan sujetos a un conjunto de normas que determinan la inteligibilidad social de la acción. Es decir, las normas del género imponen lo que debe aparecer y lo que no debe aparecer dentro de la esfera de lo social. (PODER CON EFECTO PRODUCTIVO EN LOS INDIVIDUOS, EN LO SOCIAL).

El género como aparato a través del cual se producen un conjunto de normas que proponen visiones ideales de la feminidad y la masculinidad. (CAMPO SEMÁNTICO ACOTADO POR EL BINARISMO).

El género como aparato a través del cual lo masculino y lo femenino se deconstruyen y desnaturalizan, pudiendo dar lugar a lugares intermedios de transgénero. (APARATO DESNATURALIZADOR DE LAS DESIGUALDADES SOCIALES).

El legado estructuralista dentro del psicoanálisis propone una visión de lo simbólico en la cultura que parte del complejo de Edipo y de la Ley del Padre, basados en el incesto como ley universal, lo que se traduce en una fijación de las estructuras que regulan el deseo que no permite reconocer la contingencia de las identidades sexuales, ni del deseo. Esta visión de la norma como posición simbólica se aleja de una visión de la norma como algo producido socialmente, y por tanto, variable. (LAS NORMAS A TRAVÉS DE LAS CUALES SE CREA Y DETERMINA EL GÉNERO SON CONSTRUIDAS SOCIALMENTE, NO ESTÁN SIMBÓLICAMENTE DETERMINADAS POR MECANISMOS UNIVERSALES DE LA PSIQUE).

La norma sólo persiste como norma en la medida en que se representa en la práctica social y se reidealiza y reinstruye en y a través de los rituales sociales diarios de la vida corporal” (Butler, 2006: 78). (PERSISTENCIA DE LA NORMA: REPETICIÓN, REIDELIZACIÓN CONSTANTE).

Salirse de la norma es estar en relación con ella, no es posible estar por fuera de su espacio normativo. Las diferencias que pueda mostrar alguien en relación a la norma, poseen una alteridad que convierte a esa persona en otro.  (ALTERIDAD: DIFERENCIAS RESPECTO LA NORMA).

La naturaleza de la norma señala su performatividad; su producción en el campo de acción de los sujetos convierte a los sujetos en posibles creadores y deshacedores de normas. (EL GÉNERO SE HACE Y SE DESHACE EN LA ACCIÓN- RELACIÓN DE LOS INDIVIDUOS).

El género como forma coagulada de sexualización de la desigualdad de hombres y mujeres. (NATURALIZACIÓN DE LA HETEROSEXUALIDAD Y DE LA DESIGUALDAD SOCIAL DE PODER “HOMBRE”- “MUJER”).

El género como mecanismo de producción de parámetros de persona, como proceso de conformación de personas de acuerdo con formas abstractas que a la vez condicionan y exceden las vidas que hacen -y rompen-. (SISTEMA DE CREACIÓN DE MEDIDAS IDEALIZADAS PARA LAS PERSONAS; CORSÉ IDENTITARIO SEXUAL).


NOTAS PERSONALES Y PREGUNTAS:

Si el género es un mecanismo a través del cual se crean normas simbólicas -sociales- donde se idealiza y establece lo masculino y lo femenino, la cultura visual (la producción de imágenes en los medios) tiene una gran responsabilidad en la forma en que determina, alimenta y refuerza el binarismo sexual y los ideales de relación “hombre” y “mujer”.

Si la norma tiene un carácter performativo y ésta se legitima en la interacción social de las personas (con el medio y con otras personas), ¿cual es el margen de libertad para crear y recrear formas diversas de vivir los cuerpos sexuados en relación con otros, formas de presentarnos a los demás y formas de interpretar gestos, movimientos, tonos de voz, si estas vienen ya determinadas por un discurso social dominante? ¿No es sólo posible en determinados festivales, clubs o fiestas gays, trans o queer donde la comunidad social ya aprueba y necesita de ese respiro de la norma, y por tanto, salirse de la norma se convierte en “lo normal”?
  
Y si se rompe con esa forma hegemónica de ser persona sexuada que rompa con el ideal hombre-mujer, ¿no se ha de pasar inevitablemente por la incomodidad de no ajustarse al ideal? ¿O de todas formas, la cultura visual propone ideales tan imposibles de alcanzar, que todos y todas, en algún momento de nuestra vida hemos de sentirnos disconformes con nuestra imagen corporal?

Por otro lado, estos mecanismos de creación de patrones corporales de lo masculino y lo femenino ¿a quién benefician? ¿A un mercado de la imagen (cosmética, moda, cirugía, gimnasios) que promete procesos de acercamiento a esos ideales? ¿A un sistema de organización social donde existe un reparto de tareas productivas de hombres y mujeres?